17 abril 2007

Secos

Como el ruido de la moneda
al caer, como la aguja
del tocadiscos al tocar
fondo.

Sin saliva
para salivar, el silencio
inquieto, inquietante no me deja
hablar, solo oigo y bostezo sin entusiasmo
por la mala calidad del aire
político, politiqueroso, politiquipueril
insensible, insensato, incapaz,
nada.

Ni siquiera vacío, menos ausencia
solo superficie veo
por doquier que se suma,
se calcula, se presta, se cobra,
se hipoteca.

Cero gratuidad, menos don.

Poder, poder, poder. Ciegos,
vueltos para dentro de sus bolsillos,
de sus tarjetas, de sus cuatro por cuatro,
de sus phd mag phil candidat mba minor major.

Mientras otros esperan en paraderos,
y ven pasar la vida en buses que no paran,
y tanto exigir e implorar han quedado afónicos,
sin saliva
secos,
como el ruido de La Moneda
al caer,
como la aguja del tocadiscos al tocar,
fondo.