07 septiembre 2007

Otro 11 de septiembre


Otro 11 de septiembre se nos sobreviene, y por esas cosas del calendario cae precisamente un martes, como aquel martes de horror en que vivimos la masacre, como cantan Los Tres, sin saber porqué. Y como cada once, cargaremos luces en el mar y echaremos agüita a estas flores para que no se sequen.

Pero aún más: renovaremos el compromiso, desde el recuerdo de las vidas concretas de aquellas personas, conocidos y anónimos, que intentaron dar ese salto de tigre en la historia de Chile que fue el gobierno del Presidente Allende. Y el recuerdo de nosotros, las nuevas generaciones, los hijos e hijas, nietos y nietas de aquellas personas hermosas, lo haremos desde la búsqueda persistente de convertirnos en herederos de sus intentos.

Y los recordaremos no desde el pasado, sino desde lo que con sus breves vidas de lucha social y familiar fueron capaces de abrir. Algo que en algún momento vendrá a nuestro encuentro, si somos suficientemente sensibles y responsables para exponernos a su testimonio y acogerlo como ellos hubieran deseado y a nosotros nos parece justo: persistir por una sociedad más humana, libre y justa. Porque entrar en posesión de una herencia implica asumirla y darle una nueva apertura hacia el futuro, y no ir a la zaga tomando nuestra orientación del pasado. De lo que se trata entonces, es de apropiarnos productiva y creativamente de sus luchas para proyectarlas, desde nuestro propio quehacer presente, al futuro.

A continuación comparto con ustedes el calendario de actividades que ha preparado la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos. Están invitados a participar en ellas, con vuestros sus hijos y sobrinos, y los amiguitos de ellos. Se trata de actividades de homenaje, encuentro, de compartir emociones, de verse y sentir que nunca estamos solos, que el olvido y la muerte no triunfarán aunque se formen todos los Partidos Militares del mundo quienes aún no comprenden que solo con justicia habrá paz.

En ese marco, el domingo 9 de septiembre, a las 15:00 hrs., en la Plaza República de Venezuela, en la Población San Joaquín, mi esposa Karen cantará y danzará acompañado de mi guitarra eléctrica, en homenaje a su tío Jorge Aravena, quien con veintitrés añitos de edad, y siendo de Investigaciones de Chile, murió herido a bala junto a otras personas combatiendo en esa plaza el 11 de septiembre de 1973, defendiendo con su arma de servicio al gobierno constitucional, democráticamente electo.

Abrazos y ojalá nos veamos,
Manuel.

9 de septiembre, 10:00 hrs. MARCHA POR LA VERDAD Y LA JUSTICIA, desde
Plaza Los Héroes hasta el Cementerio General.

9 de septiembre, 15:00 hrs. HOMENAJE A LOS CAÍDOS, Plaza República de
Venezuela, Población San Joaquín.

10 de septiembre, 18:30 hrs., LITURGIA ECUMENICA POR LOS MARTIRES,
Salón del Templo Santo Domingo, Calle Santo Domingo con 21 de Mayo. El
homenaje finaliza con una procesión al Puente Los Carros, Río Mapocho.

11 de septiembre, 12:00 hrs. HOMENAJE A LUCIO BAGUS Y SUS COMPAÑEROS
DE TRABAJO, Hospital San Juan de Dios.

11 de septiembre, desde las 10:00 hrs., OFRENDAS PARA EL PRESIDENTE
SALVADOR ALLENDE, Monumento Plaza de la Constitución.

11 de septiembre, 19:00 hrs., VELATON ESTADIO NACIONAL.

12 de septiembre, Inauguración Centro Memoria y Derechos Humanos,
Academia de Humanismo Cristiano, Condell 343.

05 septiembre 2007

En la corte del rey purpura


Conocí al grupo King Crimson a los 14 añitos en 1985, a propósito que un amigo rayó con su dedo en el cielo del living del departamento donde vivíamos -que estaba lleno de polvo por un terremoto que hubo en Santiago en marzo de ese año-, la frase "Welcome back my friends to the show that never ends". Sentados miramos hacia ese larguísimo texto al lado de un montón de nombres y palabras cortas que otros amigos ya habían escrito, como "soy papá!" que había anotado César cuando tuvo a la Montse.

"Qué chucha escribiste Pancho?!", tronó alguno de los amigos con el rostro hacia arriba como si estuviera en un planetario. "¿Qué significa eso?", pregunté porque mi spanglish no daba para más que open the window y this is a pencil. "Es la letra de una canción que canta en un concierto Greg Lake, de los Emerson, Lake and Palmers. ¿Sabían que antes fue vocalista de los King Crimson?". Nos miramos medio aturdidos por tanta información que debía ser de todas maneras imperialista. "Los Emerson, Lake and Palmer, esos que tocan tananana ta-nanana, tananana ta-nanana", imitó el Panchocu la melodía que ahora sé se llama Hoedown y que es de Aaron Copeland, padre de la música nacional norteamericana. "Ah, ellos", exclamamos, como si supiéramos.

Días o semanas después estuve en alguna reunión en la casa del Pancho. Y en su pieza había pintado un enorme rostro de un hombre en rojo, con unos tremendos ojos de espanto y la boca abierta hasta mostrar las amigdalas. "Oye, qué buen dibujo", le comenté, "¿Lo inventastes tú?". "No", dijo el Pancho, "es la carátula de un disco de los King Crimson". "Ah, que choro" fue lo único que dije, pero ya con el bichito incubado de que tengo que conocer a esos gallos que aparecen en todas las conversaciones del Pancho. "¿Tienes algo de ellos?". "Ahora no, pero te puedo mostrar un disco de los Emerson, Lake & Palmer". Escuchamos In the Beginning, y un triple en vivo, donde Greg Lake en solo con guitarra acústica canta un trozo del bello Epitaph de King Crimson, me orientó el Pancho. "Confusion, will be my epitaph" se me quedó grabado para el resto de life, por su melodía y por la tremenda lucidez de su contenido.

Las cosas se aceleraron políticamente en Chile, y a los quince tuve que salir del país, con la nariz quebrada a manos de un grupo que luego de golpearme me amenzó de muerte si seguía "transmitiendo". Yo era dirigente estudiantil y me movía mucho exigiendo justicia por el asesinato de mi padre ese mismo año 1985. Previo a mi salida en julio de 1986, alojé varios días en la casa del Panchocu. Ahí conocí toda la discografía de Yes, The Police, ELP, y el album Discipline de King Crimson lo oíamos una y otra vez.

Ya en Suecia en 1986, en el puerto de Gotemburgo, salía a dar interminables paseos por unos parques cerca de la biblioteca comunal. Un día, sin manejar una pizca de sueco, me atrevía a entrar a la biblioteca, donde fuí extremadamente bien atendido por unas señoras que pareciera me estaban esperando: junto a la sala de lectura me mostraron que había un cuarto, amoblado con sillones de cuero color amaranto. Sobre cada uno de ellos habían audifónos y uno podía elegir un disco de un catálogo de vinilos, y lo podías oir completo, sin pagar un céntimo.

No lo podía creer. Me arrojé al catálogo y ahí estaba todo el universo del jazz y el rock del mundo. Qué escucho, cuál elijo... Compulsivamente pasé las hojas plástificadas, que incluso traían una pequeña impresión de las carátulas de los discos. Y ahí estaba. El rostro del hombre atormentado en rojo del cuarto del Pancho. Con los ojos desencajado con la lengua al aire, como si fuera mi propia alma la que me miraba desde el catálogo. "Ese", le indique como un niño a la amable sueca, quien sonrío, sacó el disco con suavidad, lo limpió y colocó en un tornamesa antiguo. Luego me mostró el sillón con los audifónos que debía escoger.

Me ubiqué, con el estuche del disco en mano, subí el volumen y oí al "hombre esquizofrénico del siglo xxi" con los más bellos temas que jamás había tenido memoria de conocer... Una batería limpia de Michael Giles, la guitarra de otro planeta de Robert Fripp, creo que oí incluso clarinetes bajos y flautas traversas, en fin... Y, claro, Greg Lake cantando su confusión en Epitaph. Pero sobre todo, la Corte del Rey Púrpura, con el tema principal que vuelve en un eterno retorno. Como el que yo soñaba gracias a los King Crimson para agradecerle algún día al Pancho Rojas ese rayado en mi techo, ese amor desprejuiciado por la buena música, y su amistad a toda prueba.

Ahí estuve muchas veces, en su casa. En la corte del rey púrpura.

04 septiembre 2007

Divagando sobre el TLC Chile-Japon


Los presidentes de Chile y Japón acaban de firmar un tratado de libre comercio entre ambas naciones. ¿Pero qué puede ofrecer Chilito al país del sol naciente?

Aparte de nuestros otakus criollos, seguidores del anime y manga japonés, no es mucho el vínculo de integración que Chilito desde sí mismo pueda ofrecer a Japón... pero sí somos muy interesantes como puerta de entrada a los mercados con los cuales Chile ya tiene tratados, mucho más intersantes para los japs que nosotros.

Lo mismo Japón para nosotros: es imposible sobrepasar la desproporción entre nuestra base productiva y la segunda economía del mundo, vanguardia con China de la mismísima modernidad económica actual... pero a través de este TLC "nuestros" empresarios llegan a Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia, Brunei, Vietnam, Laos, Myanmar y Camboya, países con los que ya resulta más razonable instalar "nuestros" vinos, chips, salmones, celulosa, cobre en bruto. Ojalá que al menos baje el precio del sushi...

En definitiva se trata de algo de empresarios para empresarios... pero si hubiera voluntad política pudiera ser mucho más que eso: ¡intercambio cultural! ¿Habrá espacio para ello en el tratado? ¿Tal espacio se abrirá para el común de la gente, sobre todo la juventud?

Pero el "espíritu" del tratado probablemente esté diseñado como una instancia de complementación económica. Nosotros le abrimos la puerta al Mercosur y al Caricom, y usted al Asia Pacífico. Dos países islas, uno por el mar y otro por su posición entre desierto cordillera hielo y mar, que se abren uno al otro para llegar a disfutar de terceros...

Esto ya sonó más hentai que anime... Por cierto, ¡Bienvenidas compañeras japonesas!!

*Sobre el fabuloso mundo del manga japonés:
http://www.thecrazybug.com/otaku/historia_del_manga.php