09 enero 2008

De soldados y africanidad en América

¿Hasta cuándo Carabineros de Chile, o más bien, carabineros con nombre y apellido dispararán contra su propia gente? Sucedió con Rodrigo Cisternas, en un conflicto forestal, y vuelve a suceder en el caso del estudiante mapuche Matías Catrileo. ¿Qué debemos hacer para que estos cabos, sargentos y tenientes se nieguen a dispararle a su propia gente? Es una cuestión que me preocupa y violenta, porque quienes ejecutan la represión y luego son eventualmente sancionados por estas conductas son gente del pueblo también, mientras otros superiores, y para qué decir grandes personalidades del mundo político y económico, salen impunes... Es lo que se pregunta el poeta cubano Nicolás Guillén, también, en su conocido No sé porqué piensas tú...

A propósito de la campaña de solidaridad con la causa del pueblo mapuche, muchísimas personas de origen afroamericano y afrocaribeño se han sumado a la Declaración de apoyo a Patricia Troncoso. Y ello no es de extrañar, pues la historia de estos pueblos, con sus singularidades y diferencias, posee una raíz análoga en cuanto a las prácticas de dominación y también a las resistencias y emancipaciones por las cuales han atravesado.

Comparto algunas reflexiones que sobre esta historia particular ha publicado Manuel Mosquera recientemente.
Saludos,
Manuel Guerrero.
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NO SÉ PORQUÉ PIENSAS TÚ
por Nicolás Guillén

No sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo,
si somos la misma cosa
yo,
tú.

Tú eres pobre, lo soy yo;
soy de abajo, lo eres tú;
¿de dónde has sacado tú,
soldado, que te odio yo?

Me duele que a veces tú
te olvides de quién soy yo;
caramba, si yo soy tú,
lo mismo que tú eres yo.

Pero no por eso yo
he de malquererte, tú;
si somos la misma cosa,
yo,
tú,
no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo.

Ya nos veremos yo y tú,
juntos en la misma calle,
hombro con hombro, tú y yo,
sin odios ni yo ni tú,
pero sabiendo tú y yo,
a dónde vamos yo y tú…
¡no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo!


NOTAS SOBRE LA AFRICANIDAD EN AMÉRICA
a Charo Díaz,
por Manuel Mosquera

"Donde no hay minas de gringos
hay haciendas de gamonales".
(Nicomedes Santa Cruz)

Las organizaciones afroamericanas del presente, representan quinientos años de resistencia a la opresión. Raptados en sus tierras y traídos a América en condiciones de esclavitud, la población africana se reinventó en el continente. Ellos que provenían de diferentes grupos étnicos, poseían diferentes formas de organización socio-políticas. Sumidos en el descalabro de la esclavitud, supieron desde un primer momento vencer a los vencedores. Las reconfiguraciones étnicas se produjeron dentro de el proceso de resistencia socio cultural, pues la búsqueda de la libertad produjo el asesinato de lideres y poblaciones enteras, sin embargo el cimarronaje y los palenques fueron las expresiones más elevadas de defensa de la dignidad y el eje de las redefiniciones etnopolíticas.

La cultura y las formas religiosas africanas desde un principio impactaron en la sociedad colonial, sus dioses y héroes culturales ingresaron al santoral católico, Shango se convirtió en Santa Bárbara y el gran Martín de Porres que en sí era un Orixá, se transformó en unos de los principales santos del Nuevo Mundo. No pudieron los esclavistas y la iglesia católica esterilizar la matriz cultural de la africania en la América colonial, porque dentro de los intersticios de la dominación, ella se recreó y reinventó.

Las luchas por la independencia, y contra la esclavitud, articulada a la formación de la clase obrera, y a los procesos de sindicalización así como a la politización de los sectores populares, daría un nuevo derrotero a la construcción de la cultura afroaméricana. Insertos en las escalas sociales más oprimidas, negada la escolarización para amplios sectores de ellos, la lucha sindical dentro de las haciendas cañeras y las fábricas se convirtieron en sus mejores escuelas.

Estos procesos que se inician con las rebeliones anticoloniales, se extienden a la guerra civil en Estados Unidos, a la lucha por la independencia en Cuba y el Brasil y a la constitución de los partidos comunistas y demócratas revolucionarios. Todos estos acontecimientos históricos posibilitaron la conformación de una intelectualidad afroaméricana de gran valía y admiración a nivel continental y mundial, creadores como Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Nicomedes Santa Cruz, Palés Matos, Manuel Zapata Langston Hughes y líderes como Martín Luther King, Malcon X y los movimientos como las Panteras Negras y el Black Power entre otros, serían la expresión cuantitativa y cualitativa de la nueva africanidad, lo serían porque ellos la reintegraron al interior de otras tradiciones culturales oprimidas. Durante la colonia, dentro y fuera de los palenques se desarrollaron lazos muy fuertes de solidaridad e identificación con las poblaciones originarias, ya sea por la vía de las uniones interétnicas así como en la participación conjunta en los trabajos de las haciendas o en las rebeliones. En el siglo XX la intelectualidad negra asumiría abiertamente posiciones antiimperialistas e internacionalistas.

La derrota al nazifascismo en los campos de batalla, el juicio de Nuremberg a Goering y parte de la cúpula militar fascista, la descolonización del África, la independencia de Argelia, la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, la revolución Cubana y la guerra de Vietnam se conjugarían con los procesos de diversificación social y fortalecimiento de las fuerzas anti-oligárquicas, teniendo fuerte resonancia en los creadores y políticos negros del continente. Los trabajos de Guillén y Santa Cruz e igualmente de los historiadores Cubanos, Colombianos, Brasileños y Peruanos establecerían nuevos sentidos y percepciones sobre lo afro americano.

Con esto liquidarían al peso ideológico del historicismo neopositivista de comienzos del siglo XX, que había construido una visión romántica y a la vez exótica sobre la africanidad y que logró influir con su racismo en gran parte de la vanguardia continental. El cimarronaje no fue silencioso como afirma equivocadamente nuestro compañón Chucho García, este nunca perdió su carácter contestatario al sistema. En la pintura, la música y la poesía, el cimarronaje siempre estaría presente. El estudio hecho por Picasso sobre la estética de la africanidad permitió una profunda revolución en la pintura, el blues y el jazz de la mano de Duke Ellington y Louis Arstrong daría forma al rock y a toda la música popular contemporánea. La musicalidad de la poética afroamericana revitalizaría la poesía hispanoamericana y mundial. Por último el cimarronaje tomaría nuevo brillo en los últimos cuarenta años con la gestas libertarias en Perú, Colombia y Ñancahuazu en Bolivia.

En la gran hoguera Americana reverberan los leños pertenecientes a la africanidad.

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