22 marzo 2010

Otro 30 de marzo (Invitación a Caravana y Velatón)



Siempre llega este momento del calendario que, aunque sabemos que volverá cada año, se deja caer como un aguacero inesperado. Lo vivimos con sorpresa, como un cambio de ritmo de nuestro reloj biológico, como el cambio de velocidad de una bicicleta que se esfuerza por avanzar en un sendero más empinado cada 30 de marzo. Y esta vez son 25 años, del terremoto que sacudió nuestras vidas en 1985 al terremoto de este año 2010…

No estás, y ese es el factum inapelable. Llaman mis amigos, llama mamá, me escribe mi hermana, pero tú no estás. Como cuando concluyó el amor de mi primera novia cuando tenía 13 añitos, y con el corazón en la mano te fui a buscar en bicicleta a tu departamento, pero no había nadie. Y esperé, esperé y no llegaste. Y se me secaron las lágrimas, recuperé la tranquilidad y la dignidad de que hay que seguir no más adelante, pero solito, sin que estuvieras ahí.

Porque estabas otra vez escondido y en alguna reunión importante o dirigiendo alguna marcha, arriesgándote siempre al máximo, expuesta la fragilidad de tu vida ante la irracionalidad de la represión más racional y calculada que jamás ha conocido Chile y el continente. Y tomé mi bicicleta verde y desanduve todo el camino, sin novia ya a quien llamar al llegar a casa, sin querer hablar de ese dolor que es perder una polola con mamá porque era tema de conversación entre hombres.

Y aprendí a afeitarme solo, a lustrar mis zapatos para ir al Conservatorio a dar mi examen de guitarra bien presentado, y para qué decir que aprendí los misterios del amor adolescente sin posibilidad de comentarlos contigo. Y no recuerdo que hayas estado para corregirme la forma de esparcir el betún, o que hayas escuchado cómo interpretaba a Fernando Sor en guitarra, y menos que compartieras conmigo cuáles fueron tus experiencias de joven enamorado. En el Chile de los ochenta siempre estuviste en otra parte papá, aún vivo.

Luchabas sin fin, organizabas sin descanso, no comías, no dormías, hacías y deshacías casas para mudarte por seguridad a otras. No fumabas pero llegabas con olor a cigarro por las largas reuniones. En el exilio viajabas por doquier a juntar recursos para la resistencia en Chile, impartías ánimos a los jóvenes para que regresaran a su patria y no se perdieran en el lujo artificial y sin identidad del mundo llamado desarrollado, cantabas, jugabas a la pelota y al ping pong, estabas en todas partes a la vez. Cruzabas a Afganistán, Moscú, Finlandia, Grecia, Italia, Budapest, Estocolmo, Londres, Madrid, París, México, Cuba, Nicaragua. Y yo mientras estudiaba mi básica dando mis primeros pasos en las lecturas y ensayando mis primeros poemas, me subía a los árboles y gritaba cual Tarzán, cazaba abejas, mariposas y saltamontes de alas de colores, juntaba láminas de grupos musicales, coleccionaba estampillas, vendía revistas para comprarme más libros y estampillas, me enamoraba y desenamoraba de mi profesora y tocaba guitarra, tocaba guitarra, tocaba guitarra sin fin, deshaciendo mi ser para alcanzarte en otra dimensión, más allá de la geografía de los puntos cardinales y el tiempo del reloj.

Como hoy, pero con la diferencia que finalmente llegabas de tus periplos como Marco Polo cargado de sorpresas, regalos e historia que compartías con nosotros acurrucados a ti desayunando en la cama. Y me traías nuevas estampillas para mi colección, y me regalabas discos de Zitarrosa porque ya habías detectado que me fascinaba su forma de tocar la guitarra, y revisabas mis saltamontes y contabas sobre tu infancia proleta cazando bicharracos en el sur. Y mamá te comentaba que me había caído de un árbol gigante y aprovechabas de decirme que una vez te quebraste la clavícula imitando a Tarzán. Y te sentabas conmigo a arreglar y amononar mi bicicleta, con la salía a conquistar húngaras bellas medias gitanas. Y por la tarde jugábamos hasta que no veíamos la pelota porque había caído la noche. Y nos tirábamos en trineo por los cerros
nevados, me hablabas de cuando fuese un poco mayor cómo debía afeitarme, qué me pasaría con las novias que llegara a tener, que supiere que pasara lo que pasara la tierra seguirá girando como dijo alguna vez Galileo. Y me contabas acerca Jorge Dimitrov, cómo fue digno al defenderse solo ante un tribunal nazi y demostrar su inocencia. Y mi pequeña biblioteca se llenaba con los libros que me traías...

Siempre estuviste ahí mi querido viejo. A tu manera, con tus tiempos y destiempos, con tus velocidades diferentes a la de las vidas normales. No estabas y estabas, te adelantaste a los hechos y dejaste guardado en el baúl de mi memoria material para llenar la biblioteca de Alejandría. Como si hubieses sabido que luego de tu regreso a Chile en 1982 solo te quedaban tres años de vida, y en esos tres años trataste de hacer caer a la dictadura organizando masas y masas de gente que hoy me escriben y te añoran con el mismo cariño con que yo te escribo y añoro.

Te tuve que compartir desde pequeño querido papá. Nunca fuiste plenamente mío, siempre fuiste de alguna manera de todos. Y eso me emociona hasta la médula espinal. Qué manera más curiosa de amar a un padre, papito. Te sigo queriendo y conociendo a través de los demás, y sigues formándome como ningún otro ser jamás lo podrá lograr. Tu amor infinito a la humanidad y a tu pueblo deshace mi pena de niño y recojo tu mano desde mi mano adulta, pero como el pequeño que te adora vuelvo a pensar en ti en este nuevo 30 de marzo en que ya no puedes volver con sorpresas desde tus viajes misteriosos.

El fin de semana te espero encontrar entre la gente, como lo dice tu nombre Emanuel.

Te amo, por siempre, estés donde estés, aunque sea en ese espacio que llamamos memoria. Besos.

Manuel
http://www.youtube.com/watch?v=N80y3hWOEUo

----------
- Domingo 28 de Marzo 10:00 hrs: CARAVANA EN MEMORIA DE PARADA, NATTINO Y GUERRERO
Inicio en Vicuña Mackena con Alameda hasta el Memorial “Las Tres Sillas” de Américo Vespucio (Kilómetro 18 frente al Aeropuerto)

- Lunes 29 de Marzo 19:30 a 21:00 hrs: Velatón Cultural frontis Ex Colegio Latinoamericano de Integración (Av. Los Leones con El Vergel, entre Pocuro y Eleodoro Yáñez, comuna de Providencia). Manuel García, Luis Le Bert, Coro Colegio Latinocordillera. Trae tu útil escolar para ayudar a los niños de la Escuela Manuel Guerrero Ceballos de Cerro Navia, severamente dañada por el terremoto.
http://manuelguerrero.blogspot.com