18 junio 2011

Carta urgente a Alcalde Pedro Sabat en solidaridad con Liceo en Toma Pacífica

Sr. Pedro Sabat Pietracaprina
Alcalde de la Ilustre Municipalidad de Ñuñoa
Presente.

De nuestra consideración:

Queremos manifestar que los abajo firmantes expresamos nuestra solidaridad y apoyo al proceso de movilizaciones que están desarrollando los alumnos y alumnas de los Liceos Municipales dependientes de la Corporación Municipal de Desarrollo Social de Ñuñoa, institución que usted preside.

En este contexto, se debe entender que el proceso de movilización y las formas que este ha tomado, son expresión de las demandas del mundo de la educación en su conjunto, que exige reformas profundas a un sistema que se encuentra en crisis, situación reconocida por estudios nacionales e internacionales.

Entendiendo que está en el rango de sus facultades y que es su responsabilidad resolver al respecto, le solicitamos que no instruya a la fuerza pública a intervenir en el desalojo de los estudiantes “en toma”, pues consideramos que las instancias de diálogo no están agotadas y que las demandas de los estudiantes deben ser consideradas para avanzar en la construcción de un sistema educativo exitoso, eficiente e inclusivo.

Además, nos parece indispensable, que a nivel Comunal, instale un proceso de diálogo con las Comunidades Escolares para resolver las problemáticas que se expresan como parte de esta crisis.

Sin otra consideración, atentamente:

Directorio Comunal Ñuñoa Colegio de Profesores A.G.
Sindicato de Trabajadores de la Educación de Ñuñoa (STE-Ñuñoa)
Manuel Guerrero Antequera – Académico y Concejal de Ñuñoa
Maya Fernández Allende – Concejal de Ñuñoa
Centro Cultural Barrio Ñuñoa
Comité Coordinador de la Red Ciudadana por Ñuñoa.
Camilo Guzmán – Ex Director de Educación Corporación Municipal de Ñuñoa
Iván Ljubetic Vargas – Historiador, Ex Profesor de Historia y Geografía Liceo 7 de Ñuñoa y
Tesorero de la Junta de Vecinos No 26 de Villa Los Presidentes.
Rodrigo Cornejo – Académico Universidad de Chile, OPECH
La CEFH - Coordinadora de Estudiantes de Filosofía y Humanidades - Universidad de Chile
CECO - Centro de Estudiantes de Comunicación - Universidad de Chile
Nueva Izquierda de Ñuñoa
Partido Comunista de Chile – Comunal Ñuñoa
Dirección Comunal Ñuñoa del Movimiento Amplio de Izquierda MAIZ

Ñuñoa, 18 de Junio 2011

17 junio 2011

Para el Debate: El peligro del ciudadanismo

Es delicado lo que afirmaré: Me alegra que las marchas por la Educación Pública hayan sumado más personas que las marchas contra HidroAysén, en las que también participo activamente. No porque el tema ecológico no sea vital, sino por la FORMA y CONTENIDO de las movilizaciones. El ambientalismo ciudadano parece, hasta ahora, clamar más desde una emotividad e indignación moral ante "el sistema" en abstracto, mientras la CONFECH logró reunir muchísima gente movilizada desde una CRÍTICA ESTRUCTURAL con PROPUESTAS de cambio concretas, algo que se hecha de menos desde el movimiento contra HidroAysén.

Lo que intento instalar con esta delicada afirmación es cierto matiz que creo sería importante recojamos también desde los movimientos ambientalistas: Es importante hacer el link entre la expresión de una indignación moral por, por ejemplo, que se instalen represas en la Patagonia, con las causas estructurales de fondo que permiten que esto ocurra. Si se avanza hacia esa crítica estructural y se formulan propuestas claras, que entre otras cosas implican que bajo este modelo no habrá desarrollo sustentable posible. Identificar esos elementos estructurales y denunciarlos es vital para que las movilizaciones ocurran de la manera más informada posible y tengan posibilidad de convertirse en alternativa a lo que hay.

Y ojo -por si las moscas- en ningún caso nada de lo que planteo implica que estos movimientos deban ser canalizados por las instituciones clásicas, tradicionales e históricas de la política (vanguardismo y cosas parecidas).

En esta línea de reflexión, y a propósito de las movilizaciones sociales que están recorriendo Chile, ya no como un espectro sino como expresión de fuerza social real que conmueve, remueve y activa a cada vez más gente, comparto una intervención que hiciera recientemente Manuel Delgado en la Pza de Catalunya, que problematiza, desde una propuesta reflexiva EN el movimiento mismo, al propio movimiento. Insumos con éste son necesarios para abrir un debate constructivo, y pensarnos en la propia acción que estamos, desde distintos modos y temáticas, llevando adelante desde lo social. Su aporte va muy en línea con las intuiciones propias y de otros/as que hemos tenido durante la participación en los distintos movimientos que se han venido gestando.

No se trata de criticar por criticar, ni infravalorar a ningún movimiento, al contrario: se trata de ofrecer piezas de pensamiento para potenciar y proyectar aún más lo que entre todos/as vamos tejiendo a diario. Para que no vaya ocurrir, por ejemplo, que todo este potencial social que se está desplegando no solo cambie una administración de turno para poner a otra, que ya fue sacada por la propia gente en elecciones pasadas. Abrirse a lo nuevo, no es reponer lo que ya no funcionó. ¿Estamos dispuestos/as asumir transformaciones que vayan en línea con nuestras demandas? Asumamos entonces la capacidad de hacer historia que porta el propio movimiento social, creando, imaginando, articulando lo nuevo.

Saludos fraternos, y a no parar,
Manuel Guerrero


15M: EL PELIGRO DEL CIUDADANISMO
por Manuel Delgado

*Manuel Delgado es antropólogo y académico U. de Barcelona, el autor es un activista político e intelectual de la izquierda socialista libertaria. Es desde hace años un referente de los movimientos alternativistas y anti-globalización en España y Latinoamérica (al nivel de Antonio Negri, García Linera, Marilena Chaui y Joseph Stiglitz).

Este texto hoy es ampliamente debatido en la red, en universidades y organizaciones democráticas de izquierda. Su contenido es polémico, ya que el autor es mundialmente reconocido como un crítico tanto del neoliberalismo global, como de las teorías de las vanguardias y de los partidos tradicionales de las izquierdas europeas. Se trata de un aporte a un debate político estratégico serio.

Todo el mundo parece interesado en esclarecer qué tipo de fenómeno se está produciendo estos días en las ciudades españolas, en plazas como estas, en las que personas como nosotros expresamos nuestro descontento ante la situación que padecemos. Me gustaría profundamente decir y creer que estamos ante un movimiento cuya característica principal, y la fuente de la inquietud que parece generar, tiene que ver con la dificultad a la hora de someterlo a una tipificación clara; resultado de su renuncia a los principios de identidad e identificación propios de un sistema que exige que sus interlocutores se presenten siempre como instancias orgánicas inconfundibles con las que se es posible negociar. Un poco, si se me permite, a la manera de aquella canción de La Polla Records que seguro que muchos conocéis: “¡No somos nada! / ¡No somos nada! / Quieres identificarnos, tienes un problema”. Pero eso es lo que me gustaría pensar y decir, pero no estoy seguro de poder hacerlo sin sentir que estoy haciéndoos una concesión injusta, cuyo objetivo sería sólo el de obtener vuestro aplauso.

En realidad, lo que pienso –y temo– es que esta movilización se pueda homologar como un episodio más de lo que podríamos llamar el movimientismo ciudadanista. El ciudadanismo es la ideología que ha venido a administrar y atemperar los restos del izquierdismo de clase media, pero también de buena parte de lo que ha sobrevivido del movimiento obrero. El ciudadanismo se concreta en un conjunto de movimientos de reforma ética del capitalismo, que aspiran a aliviar sus efectos mediante una agudización de los valores democráticos abstractos y un aumento en las competencias estatales que la hagan posible; entendiendo de algún modo que la explotación, la exclusión y el abuso no son factores estructurantes, sino meros accidentes o contingencias de un sistema de dominación al que se cree posible mejorar moralmente. El ciudadanismo no impugna el capitalismo, sino sus “excesos” y su carencia de escrúpulos,

El ciudadanismo suele concretarse en movilizaciones masivas destinadas a denunciar determinadas situaciones consideradas injustas, pero sobre todo inmorales, y lo hace proponiendo estructuras de acción y organización lábiles. Basadas en sentimientos colectivos mucho más que en ideas, con un énfasis especial en la dimensión performativa y con frecuencia “artística” o festiva. Prescindiendo de cualquier referencia a la clase social como criterio clasificatorio, remite en todo momento a un difusa ecumene de individuos a los que unen no sus intereses, sino sus juicios morales de condena o aprobación.

Los movimientos sociales ciudadanistas no dejan de ser revitalizaciones del viejo humanismo subjetivista, pero aportan como relativa novedad su predilección un “circunstancialismo militante”, ejercido por individuos o colectivos que se reúnen y actúan al servicio de causas muy concretas; en momentos puntuales y en escenarios específicos; renunciando a toda organicidad o estructuración duraderas; a toda adscripción doctrinal clara y a cualquier cosa que se parezca a un proyecto de transformación o emancipación social que vaya más allá de un vitalismo más bien borroso; acuerdo de heterogeneidades inconmensurables que, no obstante, asumen articulaciones cooperativas momentáneas en aras a la consecución de objetivos compartidos.

Esas formas de movilización prefieren modalidades no convencionales y espontáneas de activismo, protagonizadas por individuos conscientes y motivados, pero desafiliados; que viven la ilusión de que han podido escapar por unos momentos de sus raíces estructurales, desvinculados de las instituciones; que renuncian o reniegan de cualquier cosa que se parezca a un encuadramiento organizativo o doctrinal; que proceden y regresan luego a una especie de nada a-estructurada y que se prestan por unos días u horas como elementos primarios de uniones volátiles, pero potentes, basadas en una mezcla efervescente de emoción, impaciencia y convicción, sin banderas, sin himnos, sin líderes, sin centro, movilizaciones alternativas sin alternativas; que se fundan en principios abstractos de índole esencialmente moral y para las que la conceptualización de lo colectivo es complicada, cuando no imposible.

No sé si será casual que una de las figuras predilectas para ese individualismo comunitarista o de ese comunitarismo individualista, basado en la sintonía sobrevenida entre sujetos, sea la de la Red. Entonces uno piensa en las virtudes de internet y las formas de sociabilidad que propicia: paradigma de relación reticular; paraíso donde se ha podido hacer palpable por fin la utopía de una sociedad de individuos desanclados y sin cuerpo; en un universo de instantaneidades; una solidaridad empática basada en el diálogo y el acuerdo sincrónico entre personas individuales con un alto nivel de exigencia ética consigo mismas y con el mundo.

Entre otros efectos, este tipo de concepciones de la acción política al margen de la política se traduce en la institucionalización de la asamblea como instrumento por antonomasia de y para los acuerdos entre individuos que no aceptan ser representados por nada ni por nadie. Esta forma radical de parlamentarismo se conforma como órgano inorgánico cuyos componentes se pasan el tiempo negociando y discutiendo entre sí, pero que tienen graves dificultades con negociar o discutir con cualquier instancia exterior, porque en realidad no tienen nada que ofrecer que no sea su autenticidad comunitaria y que es más intralocutora que interlocutora.


El activismo de este tipo de movimientos se expresa de modo análogo: generación de pequeñas o grandes burbujas de lucidez e impaciencia colectivas, que operan como espasmos en relación y contra determinadas circunstancias consideradas inaceptables; iniciativas de apropiación del espacio público que pueden ser especialmente espectaculares, que ponen el acento en la creatividad y que toman prestados elementos procedentes de la fiesta popular o de la performance artística. Se trata, por tanto, de movilizaciones derivadas de campañas específicas, para las que pueden establecerse mecanismos e instancias de coordinación provisionales que se desactivan después..., hasta la próxima oportunidad en la que nuevas coordenadas y asuntos las vuelvan a generar poco menos que de la nada. Cada oportunidad movilizadora instaura así una verdad comunicacional intensamente vivida, una exaltación en la que la pesadilla de las relaciones de producción, las dependencias familiares y los servilismos estructurales que conforman nuestra vida cotidiana se ha desvanecido por unos momentos o incluso días.

Se genera así, durante el lapso en que la movilización se produce una especie de refugio en que vivir una emancipación en última instancia ilusoria de la gravitación de las clases y los enclavamientos. Una victoria momentánea de la realidad como construcción interpersonal sobre lo real, como experiencia objetiva del mundo.

Lo que quiero con mi intervención es advertir del peligro de que, en efecto, la gran movilización en marcha estos días devenga un ejemplo de este tipo de grandes convulsiones colectivas inspiradas y orientadas por lo que en la práctica puede ser una mera crítica ética del orden económico y político que padecemos, estructurado vagamente en torno a una no menos vaga denuncia de una entidad abstracta, casi metafísica, que es “el sistema”.

En Barcelona hemos conocido varios ejemplos de este tipo de movilización tan potente como efímera, que se han desvanecido en la nada en cuanto los medios de comunicación han dejado de atender el colorista espectáculo que deparaban. Desde luego el movimiento contra la guerra de Irak en el 2003 sería un paradigma de ello, pero también lo serían las movilizaciones estudiantiles contra el plan Bolonia en marzo de 2009, que alcanzaron puntas importantes de dramatismo social, pero que, al cabo de unas semanas de su algidez en el desalojo del rectorado de la Universitat de Barcelona, se extinguieron sin dejar tras de sí otra cosa que un vacío y una inanidad de las que todavía somos víctimas en las universidades catalanas.

Así pues se plantea como urgente la cuestión de qué hacer cuanto la intensidad de la emoción colectiva que nos reúne ahora y aquí se vaya amortiguando y cuando –y no quepa duda de que esto ocurrirá dentro de unos días– los medios de comunicación dejen de considerarnos “interesantes” y los políticos de expresar una cierta simpatía y comprensión ante el malestar que nos congrega esta mañana.

Es la discusión política y la imaginación colectiva a las que, estos días y en esta y otras plazas, les corresponde concebir y organizar un camino que convierta este escándalo ante lo que pasa -y nos pasa- en Energía Histórica.

PLAZA CATALUNYA-BARCELONA, 21 de mayo de 2011

15 junio 2011

De porqué me sumo al Paro Nacional y a la Marcha x la Educación Pública

Me sumo por una infinidad de razones. Porque estimo que hay modos alternativos de hacer las cosas que la situación actual, naturalizada como si fuera lo único posible. Porque creo en la capacidad de la ciudadanía activa de poner en agenda lo que realmente importa y obligar a que se tomen las decisiones para hacer, de una vez, que las cosas se hagan en favor de nuestro desarrollo como país y como personas.

Mañana Jueves 16 de junio me sumo al Paro como estudiante, funcionario y académico de una universidad pública. Pero también como un simple padre y como un ciudadano transeúnte. Y hago mías las razones, que de modo claro, lúcido y valiente, ha planteado el Rector Victor Pérez en su discurso de inauguración de nuestro año académico.

Nos vemos en la calle, a las 11 en Pza Italia,
Manuel Guerrero

UN MENSAJE DE TRISTEZA Y MOLESTIA*

Hoy, ante ustedes, comencé esta ceremonia con un mensaje de orgullo, pero la terminaré con un mensaje de tristeza y molestia.

Como saben, llevo casi cinco años como Rector de la Universidad de Chile y antes fui Decano por ocho años. Es decir, soy un académico con una larga vida dedicada a la docencia y la investigación, al igual que todos ustedes que han dedicado la vida a esta Universidad y a nuestro querido país.

En estos últimos años, he visto cómo se han creado una infinidad de comisiones y grupos de trabajo sobre la educación pre-escolar, básica, media y superior, los que han generado numerosos informes y extensos documentos. También he participado en cientos de reuniones y ceremonias, en que las autoridades han comprometido muchas cosas en el ámbito de la educación superior que, las más de las veces, sólo se transformaron en anuncios de prensa.

Estoy cansado de leer informes que sólo demuestran los resultados de las malas políticas públicas en educación, porque detrás de ellos hay condenas reales a jóvenes chilenos, a quienes el Estado no les está garantizando ni siquiera el sueño de tener un futuro mejor. Y eso sólo me genera tristeza y molestia.
Y mientras todo esto pasa, la educación pre-escolar, básica, media y superior en nuestro país sigue condenando y segregando a miles de jóvenes chilenos cada año y, de paso, nos asegura graves problemas sociales, políticos, económicos y culturales. ¿O es que alguien cree que esta educación inequitativa, excluyente y discriminatoria será buena para la integración social o para el desarrollo económico que Chile debe tener en los próximos decenios?

En la educación superior, el sistema impuesto por la dictadura y aún vigente después de más de veinte años de democracia confunde universidades tradicionales con las privadas nuevas. Mientras que las primeras hacen más del 85% de la investigación nacional, muchas de las privadas nuevas, en un ambiente de total e impune desregulación, se compran y venden en el mercado, con cifras millonarias en dólares y enormes ganancias. Sin que ningún órgano del Estado haga cumplir la ley de Pinochet que estipula que las universidades son corporaciones sin fines de lucro. Pero lo más desfachatado es que gracias a un lucrativo lobby, muchas de estas universidades privadas nuevas están pidiendo y obteniendo recursos públicos para hacer más rentable y sustentable su negocio, y con el singular privilegio de no tener ningún tipo de control por parte de la Contraloría General de la República sobre el manejo y destino de esos recursos públicos. Y esto se está haciendo a espaldas de la ciudadanía y de la historia, a espaldas del futuro de millones de jóvenes chilenos.

Desde la Universidad de Chile exigimos al Estado una nueva Ley de Educación Superior, que garantice la existencia y desarrollo de las universidades estatales, que las financie en al menos el 50% de sus actuales presupuestos -en Brasil, y en Finlandia y otros países de la OECD el aporte estatal a las universidades del Estado es sobre el 65% de sus presupuestos- y que de claras orientaciones respecto de sus deberes y derechos, para que así estas puedan enfrentar desafíos mayores contando con un trato claro con la sociedad. La autonomía académica, económica y administrativa es un principio rector que debe resguardarse en la formulación de tal política, atendiendo a la naturaleza de la actividad de educación superior que dista en mucho de otras funciones de otras instituciones del Estado. Conjuntamente, la política debe dar claridad en las condiciones en que las universidades privadas están invitadas a contribuir con la provisión de bienes públicos atendiendo a las funciones y la calidad con que desarrollan docencia, investigación y extensión.

También nos parece necesario fortalecer la institucionalidad del Estado en la Educación Superior en dos ámbitos. En el tema de fiscalización, mediante la creación de una Superintendencia de Educación Superior. Y en el tema de la formulación y evaluación de políticas, mediante una Subsecretaría de Educación Superior, idea, esta última, que en su momento fue propuesta por el Consejo Asesor Presidencial para la Educación Superior, que posteriormente fue reiterada en el año 2009 por el Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, y que últimamente ha vuelto a ser mencionada por varios señores rectores del Consejo de Rectores.

Sin embargo, como ustedes saben, la confianza y la credibilidad son esenciales para abordar políticas de Estado que sean inclusivas y sustentables en el tiempo.

El actual Ministro de Educación ha señalado por los medios de comunicación el compromiso que el año 2011 será el año de la reforma del sistema de educación superior. De ser así, es una buena noticia.

Sin embargo todavía no se ha dado a conocer cuáles serán los ejes de esta trascendental reforma, sólo cabe suponer que, lamentablemente, al parecer esta nueva política de gobierno se estaría elaborando a oscuras, entre cuatro paredes, sin participación de las universidades ni de sus comunidades, y en un contexto que es preocupante: tenemos que reconocer que aquí hay un lobby que está trabajando día y noche para ocupar recursos públicos y así hacer más rentable el negocio de la educación superior.

Quiero reclamar por esta práctica que no es transparente, y que aparece como sospechosa y contradictoria con las prácticas democráticas. Las universidades tradicionales de Chile son las que llevan más de 100 años educando a nuestro país y son las que hacen prácticamente toda la investigación nacional. Por lo mismo, no aceptamos que se pretenda fijar políticas para reformar el sistema universitario a espaldas nuestras que, como ya hemos visto, terminan en proyectos de ley enviados con urgencia a último minuto, justo cuando los académicos y estudiantes están terminando el año docente y la ciudadanía está concentrada en sus fiestas navideñas.

Como Rector de la Universidad de Chile, quiero hacer un llamado público al gobierno, al Ministro de Educación y a los parlamentarios, para que la nueva política de educación superior sea una política de Estado y no una política de gobierno. Ellos saben bien que la misión de la Universidad es ser conciencia crítica de la sociedad, y producir y transmitir el conocimiento preparando nuevas generaciones para el desarrollo del país. Las universidades públicas estamos llamadas a contribuir sustancialmente a esos fines, con especial orientación hacia la creación y promoción de bienes públicos como el pluralismo, la libertad y la tolerancia, elementos fundamentales en la construcción de la sociedad.

Como todo el país es testigo, nos hemos comprometido con un modelo basado en la calidad y la equidad de la educación superior, para alcanzar el nivel más alto en el país y constituir un modelo de sistema universitario del mejor nivel internacional.

Por eso mismo quiero comprometer ante ustedes y el país toda mi energía para promover y defender una mejor educación pública para todos los jóvenes chilenos. Vamos a trabajar hasta que efectivamente se adopten políticas públicas inclusivas que sean de Estado.

Me sorprende la liviandad con que se tratan estos asuntos, tan relevantes para la vida cívica de nuestro país. En salud nadie está pensando en cómo el Estado debiera financiar a las clínicas privadas mientras desatiende los hospitales públicos. En minería nadie tampoco está pensando en cómo el Estado debiera financiar a las empresas mineras privadas mientras desatiende a Codelco. Pero parece que en educación el lobby de algunos privados funciona y muy bien, buscando imponer en la opinión pública y en los poderes del Estado la aceptación de la idea de que las universidades privadas nuevas -muchas, de hecho, con fines de lucro- deben tener financiamiento basal del Estado, y el cuestionamiento al derecho y deber del Estado de financiar adecuadamente a las universidades estatales, ideas impensables en los países desarrollados.

Y contra esto, contra la privatización y mercantilización de la educación superior pública vamos a luchar con el respaldo de todos los académicos, funcionarios y estudiantes de la Universidad de Chile.

Estoy seguro que estaremos acompañados por la gran mayoría ciudadana que ve, en la educación pública de calidad y equitativa, su única esperanza para una mejor calidad de vida para sus hijos e hijas.

Con mucho orgullo digo: Viva la Universidad de Chile, Viva la Universidad de Chile libre, Viva Chile.
Muchas gracias.

(*Victor Pérez Vera, Rector de la Universidad de Chile)

Hoy, si quieres enterarte de lo que ocurre: Apaga la tele!

Es bastante insólito el modo en que los medios oficiales, que son los masivos, cubren el movimiento estudiantil y problema de la educación pública en Chile. No contextualizan, no presentan datos -como el hecho que casi no existe en el mundo un sistema de financiamiento que descansa completamente en el bolsillo de las familias-, no dan cobertura a los petitorios de decenas de decenas de liceos en toma y paro reflexivo. Hoy por hoy, los medios oficiales se han instalado como reproductores de una sola mirada acerca de lo social, que reproducen al infinito. Falta el periodismo independiente -que no es lo mismo que neutral-, que trabaje las noticia mostrando distintos ángulos, puntos de vista, buceando en la realidad. Si los medios fueran la autoconciencia de las sociedades, la nuestra vive en el planeta Marte y no en Chile. Que vuelva el periodismo de investigación y ético!

Liceo 7 de Ñuñoa continua en toma pacífica

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Campus San Joaquín movilizado

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14 junio 2011

Declaración Centro de Alumnos en toma pacífica de Liceo 7 Ñuñoa


“Nosotros como liceo 7 de Ñuñoa queremos informar tanto a la comunidad escolar, como a la ciudadanía, que nuestra toma ha sido completamente organizada y pacífica, recalcando que se ha cuidado la infraestructura, seguridad escolar, formación de comisiones, diversas asambleas en las que se ha informado cada asunto externo o decisiones internas por parte del centro de alumnos, dialogo con dirección y variadas actividades culturales programadas con anterioridad.

Recordamos que la decisión de toma del liceo ha sido totalmente democrática al lograr un 80%, aproximadamente, de los votos, cumpliendo con el estatuto interno que determina que cada decisión será realizada si se obtiene el 50% más uno.

La toma se a realizado con el fin de de apoyar la movilización y paro nacional, del día jueves 16 de junio, y además en mira de nuestro petitorio interno el cual fue debatido y declarado dentro del liceo y en televisión abierta.

Llamamos a todos los liceos de Ñuñoa a movilizarse por nuestra educación, esta es nuestra lucha no tenemos nada más que perder.

RECORDEMOS COMPAÑEROS QUE SI EL PRESENTE ES LUCHA EL FUTURO ES NUESTRO.

ATTE. Centro de alumnos liceo 7 de Ñuñoa 2011

14 de junio de 2011″

Comida profondos 2do Carnaval de Todos los Barrios de Ñuñoa

Las organizaciones ciudadanas de Ñuñoa reunidas en torno a la realización del 2º Carnaval de Todos los Barrios de Ñuñoa 2011, tienen el agrado de invitarlo a Una Regia Comida Carnavalera a realizarse el próximo miércoles 6 de julio a las 20:00 hrs en el Restorán La Consentida, Santa Isabel #323, Providencia (casi Ñuñoa) con el objetivo de juntar unas luquitas para el Carnaval que se viene en Noviembre y, por supuesto, pasar un grato momento con un show en vivo y en directo, además de la grata compañía de todos los chiquillos y chiquillas ñuñoín@s.

Valor Entrada: $8.000 piticlines (Comida + Vino)

Más información: 2533554 (Oficina Concejal Manuel Guerrero)

Organiza: Equipo Carnaval 2011
Centro Cultural Barrio Ñuñoa
Centro Cultural del Sur
Centro Cultural Cordillera
Centro Cultural Barrio Universitario
Agrupación de Vecinos Guillermo Franke
Grupo de Sicólogos por Ñuñoa
Red Ciudadana por Ñuñoa
Asamblea de Vecinos de la Villa Olímpica
ACUSO
Mujeres Plaza Ñuñoa

Asiste, aporta, difunde!

13 junio 2011

Elizabeth Morris, Piensa Bien... Preciosa!


La gran Elizabeth Morris nos muestra parte de su concierto On-Line realizado en los estudios de ACV-TV junto a su banda, ahora interpretando el tema "Piensa Bien". Preciosa canción y maravillosa interpretación. Saludos especiales para Hermes, en la flauta y percusión. Gracias Eli por tu música!

Actor Daniel Muñoz y biólogo Humberto Maturana llaman a decir No a los Transgénicos en Chile


Las organizaciones de Chile Sin Transgénicos, a través de la voz de Daniel Muñoz, convocan a los Chilenos a informarse sobre el tema de los transgénicos en nuestro país, un tema que avanza silenciosamente en el Congreso y que puede tener consecuencias determinantes para nuestro medio ambinte, para nuestros pueblos originarios, nuestra salud, y la situación laboral y social en Chile. Para evitar consecuencias que lamentaremos a futuro, infórmate y dí NO a los transgénicos.

Por su parte, Humberto Maturana, Premio Nacional de Ciencias (1994), biólogo y epistemólogo chileno,interrogado sobre la anunciada introducción de cultivos transgénicos en nuestro país,expresó:

“Pienso que lo peor que podemos hacer en un país es entregar nuestra autonomía a cualquier organismo, institución o empresa extrajera que inevitablemente operará buscando su propio beneficio a costa de nuestra dignidad, haciéndonos, ya sea de manera declarada o subrepticia, dependientes de ella. Lo más grave es que nos engañamos a nosotros mismos pensando en las posibles ventajas que una asociación de esa naturaleza podría entregarnos. Cuando perdemos la capacidad de producir nuestros alimentos, nuestros conocimientos, nuestra educación, nuestra capacidad de trabajo, perdemos la libertad de elegir lo que queremos y nos hacemos dependientes de la voluntad y deseos de otros. Yo no quiero esto. Frecuentemente decimos que los seres humanos somos seres racionales y que la razón debe guiar nuestras acciones. Pero no es así. Somos seres emocionales que usamos la racionalidad para justificar o negar nuestros deseos. Todo argumento racional, todo sistema racional se funda en premisas básicas no racionales aceptadas desde nuestros deseos, gustos, ganas o preferencias.

No debemos aceptar ninguna circunstancia que restrinja nuestra autonomía alimenticia haciéndonos - de manera directa o indirecta - dependientes de algún monopolio productivo empresarial cualquiera”.

FUENTES:
Chile Sin Transgénicos
Periodismo Sanador

El lucro y el financiamiento de la educación

por Marcel Claude*
Según la última encuesta Adimark, el respaldo al Gobierno se ha desplomado y, en el área de la Educación, sufrió la peor de las derrotas, cayendo 16 puntos porcentuales en mayo respecto de abril de este año, pasando de una aprobación del 60% a una del 44%. Esto no es coincidencia, ya que está en directa relación con la capacidad del movimiento universitario de hacerse escuchar y hacerle ver al resto del país la grave situación en que se encuentra la educación en Chile. La ciudadanía ha respondido consistentemente y se ha hecho eco del malestar expresado en el movimiento. En hora buena. Ambos fenómenos -la caída del respaldo al Gobierno y las contundentes movilizaciones estudiantiles- son un indicio de que una nueva conciencia política se está gestando en el seno de nuestra sociedad.

Una vez más en la historia política de Chile, los estudiantes marchan pidiendo cambios sustantivos en la educación. A estas movilizaciones se han sumado también académicos, funcionarios y altas autoridades universitarias. Es, como diría Serrat, todo un gesto de urbanidad ver a los rectores marchando con los estudiantes y reconociendo públicamente que este movimiento estudiantil es responsable y serio, al mismo tiempo que se sienten orgullosos de sus estudiantes. En lo personal, me produce una entusiasta y esperanzadora alegría.

En el modelo de financiamiento estatal, tanto el hijo de un obrero como el hijo de un empresario tienen la misma legitimidad para acceder a la educación, puesto que ambos pagan impuestos y contribuyen a financiarla, el primero paga menos y el segundo más, y esa es una legítima forma de reducir la desigualdad de ingresos.

Ya era hora de que se configurara un movimiento sólido y contundente que movilizara la conciencia ciudadana y repudiara la criminalización de las movilizaciones, que sólo buscan hacer ver el descontento que la gran mayoría de Chile no puede expresar, por la falta de una institucionalidad verdaderamente democrática.

Es que en el caso de la educación superior, así como en tantos otros aspectos de Chile, el desmadre no puede dar para más. Todo mal y muy mal. Quizás el peor de los males que aqueja a la educación superior sea el uso y abuso de la práctica ilegal de lucrar con las aspiraciones de los estudiantes y sus familias, lo que constituye una de las principales molestias que moviliza a estudiantes y académicos.

No estamos hablando de si el lucro debe o no existir, si es un mecanismo adecuado para asegurar la calidad y la democratización del derecho a la educación, sino más bien, de una práctica ilegal, puesto que, la ley no permite el lucro, pero éste se practica a vista y paciencia de todas las autoridades políticas y educacionales del país. Todos sabemos que es ilegal y todos sabemos que se practica, y los delincuentes que lo hacen son respetados ciudadanos de la sociedad chilena. Las cárceles están llenas de delincuentes que han cometido delitos menos graves y con menos consecuencias para las víctimas que los que cometen los dueños de universidades que lucran con la educación superior. Digo delincuentes porque comenten un delito y todo aquel que lo hace es un delincuente. Las autoridades, por su parte, al tolerar esta práctica, se convierten en protectorados del delito.

Ahora bien, todo esto sería “puro enojo” o como se estila decir “puro resentimiento”, si efectivamente el lucro hubiese probado ser un instrumento eficaz y eficiente para sostener la educación superior. No hay que ser ningún erudito para darse cuenta que, lejos de mejorar la educación superior con el “bendito” lucro, ésta se ha empeorado y deteriorado a niveles preocupantes. El lucro, por ejemplo, ha creado la institución del profesor taxi que hace clases en distintas universidades y que, por la baja remuneración, no tiene ni el tiempo ni los recursos necesarios para actualizarse y otorgar una adecuada atención de sus alumnos. La reducción contundente de los profesores de planta y el aumento masivo de los profesores taxi es claramente el resultado de la orientación hacia el lucro y no hacia la educación real y eficaz de los establecimientos educacionales.

El lucro, por otra parte, no ha incrementado la investigación ni el desarrollo. Según la información recabada por la OECD y el Banco Mundial, en Chile se gasta apenas un 0,7% de su Producto Interno Bruto (PIB) en Investigación y Desarrollo, al mismo tiempo que las principales instituciones que realizan investigación son las universidades estatales más importantes: U de Chile, U. Católica, U. de Concepción, U. de Santiago y U. Austral.

Lo más kafkeano es que el lucro en su afán de obtener las ilícitas e ilegales ganancias, ha masificado y sobresaturado el mercado del trabajo con profesiones y oficios que no tienen demanda suficiente y, en consecuencia, lo único que han conseguido es rebajar sustancialmente las remuneraciones a que pueden acceder los nuevos profesionales, lo que a su vez contribuye a incrementar el lucro de otras actividades productivas que tienen la posibilidad de contratar profesionales muchísimo más baratos. Lo peor es que muchos estudiantes deben cargar con una mochila de deudas adquiridas por estudiar carreras en las que no encontrarán trabajo y si lo encuentran, la remuneración no les permitirá ni siquiera pagar el crédito.

En conclusión, el lucro ha llevado a la educación superior al peor de los mundos. Y todo esto sin considerar el despilfarro de recursos que se permite este país para educar personas que no ejercerán sus profesiones. Recursos que, además, provienen mayoritariamente de las familias que hacen un gigantesco esfuerzo para educar a sus hijos.

Si todo esto no es estúpido ¿alguien me podría señalar qué lo sería?

El tema del financiamiento de la educación superior es otro teatro del absurdo. Los países que han alcanzado un desarrollo real y no el ficticio progreso que exhibe Chile, gastan como Estado, según las cifras entregadas por el rector de la U. de Chile, Víctor Pérez, el 1,7% del PIB en educación superior, mientras que en Chile esa cifra llega sólo al 0,3%. En países de alto desarrollo como Finlandia, el 95% del esfuerzo recae en el Estado y sólo el 5% en las familias. En Chile -muchísimo menos desarrollado que Finlandia- el 85% recae en la familia y el 15% en el Estado. Solamente en nuestro país, universidades estatales como la U de Chile, deben encarar con recursos propios el 90% de su presupuesto. Esta forma de financiamiento, por cierto, ha contribuido brutalmente al deterioro de la educación superior.

Esto nos obliga a pensar en un nuevo sistema de financiamiento. Debe superarse el modelo basado en el esfuerzo individual de las familias y pasarse a un financiamiento basado en los recursos públicos. Este último es el mal llamado sistema de la educación gratuita para todos. Digo mal llamado porque nunca la educación ha sido gratuita, la educación siempre ha costado dinero y mucho dinero, y siempre este dinero proviene de los que trabajan y pagan impuestos y/o de recursos naturales como el cobre, es decir, de un recurso económico que debería pertenecer a los chilenos.

La diferencia entre los dos modelos de financiamiento es que, en el que hoy prevalece, sólo podrán acceder los que tienen suficientes recursos propios para financiarlo, mientras que, con el sistema de financiamiento estatal acceden todos aquellos que tengan el interés y la capacidad, pero, en igualdad de acceso. Es así como, en el modelo de financiamiento estatal, tanto el hijo de un obrero como el hijo de un empresario tienen la misma legitimidad para acceder a la educación, puesto que ambos pagan impuestos y contribuyen a financiarla, el primero paga menos y el segundo más, y esa es una legítima forma de reducir la desigualdad de ingresos. Es por ello que no resulta pertinente cuestionarse si es justo o no que los hijos de los sectores acomodados accedan a la educación superior sin pagar un arancel. Si estos pagan impuestos concordantes con su nivel de ingresos no solo contribuyen a financiar la educación de sus hijos, sino que también contribuyen a financiar la educación de otros.

Por lo demás, tenemos recursos naturales como el cobre que permitirían educar a los jóvenes de Chile en condiciones inmejorables. Pero, ello requiere que efectivamente dichos recursos estén disponibles para el desarrollo del país y no para el lucro de los inversionistas extranjeros, como es lo que ocurre hoy en Chile.

El financiamiento público de la educación es, por otra parte, más eficiente que el modelo privado, puesto que todos los recursos se destinan a sueldos de profesores, investigación e infraestructura, mientras que con el financiamiento privado, un voluminoso monto de los recursos va a parar a los bolsillos de los propietarios de estas empresas-universidades.

Me gustan los estudiantes, cantaba Violeta Parra, porque son jardín de nuestra alegría y son aves que no se asustan de animal ni policía. Es muy importante que estas movilizaciones continúen y se fortalezcan, incorporando a más y más sectores de la sociedad chilena. No solamente porque contribuyen a romper la apatía y la desidia de Chile ante los problemas y las cuestiones de carácter público, sino también, porque son un nutritivo alimento de esperanza y confianza en el futuro de Chile.

*Economista