12 noviembre 2011

Otro caído x la crisis europea: Tras 17 años mercados "dimiten" a Berlusconi

por Antonio Tabucchi* // Los mercados europeos han “despedido” a Silvio Berlusconi. Es un alivio saber a un monstruo semejante apartado de la vida pública. Pero no será tan fácil desberlusconizar Italia ni erradicar el microbio que ha difundido por toda Europa. Recientemente, en un programa que circula por la web y en televisiones locales asociadas con SkyTV, pudieron volver a ver los italianos a un gran periodista, Michele Santoro, a quien Berlusconi, amo definitivo también de la televisión estatal, había expulsado hace dos meses. Así como logró borrar de la televisión pagada por los italianos los escasos programas que proporcionaban una información objetiva. Presente en el programa Clandestino de Santoro, el jefe del Partido Democrático, el mayor partido de la oposición (Pierluigi Bersani, expartido comunista) quiso apropiarse de la coyuntura declarando “Somos NOSOTROS quienes hemos desarzonado a Berlusconi”.

Vayamos a los hechos. La historia empieza en 1993, cuando se produce una extraña coincidencia comentada por todos los arrepentidos mafiosos: por un lado, matanzas y bombas de la mafia en varias ciudades italianas (Florencia, Milán, Roma) y, por otro, la fundación de un nuevo partido, Forza Italia, por Berlusconi con su amigo Marcello Dell’Utri (hoy condenado en segundo grado por concurso externo con la mafia y senador) y la fiel amistad del abogado Cesare Previti (hoy condenado por corromper a jueces) y de Gianni Letta, director de un periódico de derechas de Roma.

En 1994 Berlusconi gana las elecciones. Pero su Gobierno cae poco después a causa de la retirada del apoyo de un pequeño partido de inspiración neonazi y separatista, la Liga Norte. Berlusconi parece un hombre acabado. Sus deudas con los bancos son enormes, sus empresas están en crisis. Podría dar con sus huesos en la cárcel. Pero he aquí que un hombre del Partido Democrático (por entonces Democráticos de Izquierdas), el mismo partido excomunista de Bersani, le lanza un salvavidas. Se llama Massimo D’Alema, ha hecho carrera en el Partido Comunista a la sombra de un padre senador del PC y encabeza un Gobierno de transición tras la caída de Berlusconi. D’Alema, que se considera un estadista, siente la necesidad de “reformar” la Constitución italiana, que considera demasiado vieja (fue promulgada en 1947). Y, en particular, lo que atañe a la Justicia. Una “necesidad” que solo advertía D’Alema, pero como “gran estadista” desea formar una comisión bicameral para discutir los problemas de la justicia con la oposición de derechas, es decir, con Silvio Berlusconi. Berlusconi, que empezó su carrera como animador de piano-bar y cantante de cruceros para acabar siendo el mayor constructor de Milán gracias a su amistad con Bettino Craxi, entonces político poderoso y más tarde condenado por corrupción y prófugo en Túnez, se convierte, con la inestimable colaboración de D’Alema, en un “estadista”. Su estrella política renace, las puertas de Italia se le abren de par en par, gana de nuevo las elecciones, dinamita la comisión bicameral y a D’Alema, y se impone como el amo de Italia.

17 años de poder en beneficio propio

Hoy que Berlusconi se va, será difícil desmontar su imperio, todo aquello de lo que se ha apropiado y anular las leyes anticonstitucionales que en estos 17 años de poder ha promulgado en beneficio propio. Porque es necesario aclarar que no han sido 17 años de dominio ininterrumpido: hubo también épocas en las que el centroizquierda hubiera podido hacerle frente: primero el Gobierno del propio D’Alema, de octubre de 1998 a diciembre de 1999, y después el Gobierno Prodi, de mayo de 2006 a mayo de 2008. Romano Prodi fue el único político italiano capaz de derrotar a Berlusconi, pero su Gobierno de coalición, que abarcaba desde un centro excesivamente de derechas a una izquierda demasiado radical, fue constantemente socavado por un lado y por otro, sobre todo por dos nefastos personajes: Clemente Mastella, líder de una derecha con un electorado clientelar en la región de Nápoles (hoy, él mismo y muchos de sus representantes están siendo objeto de investigaciones judiciales) y Fausto Bertinotti y el extraño partido de Refundación Comunista. Bertinotti, aficionado a participar cada noche, vestido por los mejores diseñadores italianos, en el programa televisivo más sórdido de la RAI, presentado por el periodista Bruno Vespa, quien permitió realizar a Berlusconi un “contrato televisivo con los italianos”, con el que Berlusconi prometió un paraíso a quienes le escuchaban.

Hoy puede decirse que Berlusconi creó un mundo ficticio gracias a su imperio televisivo y mediático y que los italianos cayeron en un “Show de Truman”, como lo ha definido Barbara Spinelli. Pero no hay que olvidar que este “Show de Truman” ha producido leyes concretas, una situación concreta, un régimen. Y tampoco hay que olvidar las verdaderas responsabilidades de quienes han sido condescendientes con ese grotesco espectáculo, que desgraciadamente no se ciñó únicamente a la televisión sino que afectó a la vida real. Para empezar, la clase dirigente, es decir, los mismos industriales italianos que hoy tanto se quejan. Fueron ellos quienes exaltaron a Berlusconi y vieron en él al Hombre Nuevo que podía dar mayores ganancias a una categoría a la que, desde luego, ganancias nunca faltaron. Igual que los industriales y propietarios agrícolas con Mussolini, los empresarios italianos han dado muestras de su incapacidad ante una nueva economía mundial. Cerriles, mezquinos, provincianos, ávidos, de un apetito sin fin, vieron en Berlusconi al hombre que les consentiría pagar menos impuestos y explotar mejor a sus obreros.

El otro gran cómplice del berlusconismo ha sido el Vaticano. Berlusconi ha destrozado la escuela pública, favoreciendo la escuela confesional e inyectando mucho dinero (no del suyo, sino del Estado) en favor de la escuela privada de orientación católica. Los coqueteos, los acuerdos, los compromisos entre Berlusconi y la Conferencia Episcopal durante estos años han tenido algo de obsceno. El cardenal Bertone, uno de sus mayores aliados, sigue siendo consejero del Papa.

La tercera responsabilidad de la anestesia de las conciencias que han sufrido los italianos la atribuyo a la llamada prensa independiente y liberal. Berlusconi llegó al extremo de considerar la prensa como algo de su propiedad. Los españoles recordarán un encuentro oficial entre Berlusconi y Zapatero donde, lamentándose del corresponsal de El PAÍS, Miguel Mora, Berlusconi dijo a un Zapatero que se limitaba a sonreír que sus periodistas no se comportaban bien. Lo cierto es que Berlusconi dispone con los medios que controla de una auténtica batería de cañones. En primer lugar, el diario Il Giornale (perteneciente a su hermano Paolo, condenado por corrupción) y además Libero e Il Foglio de Giuliano Ferrara, ex-ministro y consejero personal suyo, periódicos dirigidos por gente sin escrúpulos. Vittorio Feltri, uno de los directores de Libero, es aún temible por todos los dosieres proporcionados por los servicios secretos próximos a Berlusconi, que han tenido fichados secretamente a periodistas, intelectuales, economistas, industriales, banqueros y políticos. Estos ficheros permitieron a Berlusconi increíbles acciones de linchamiento de sus opositores, a menudo con el consenso del Vaticano. Baste mencionar el caso de Dino Boffo, director del diario católico Avvenire, sobre quien Feltri publicó un falso dossier policial haciéndolo pasar por homosexual. Se desconoce si fue una filtración o un montaje del periódico, pero Feltri, tras algunos meses suspendido por el colegio de periodistas, se excusó por el error y es de nuevo uno de los más temibles periodistas italianos, inventor del “Metodo Boffo”.

Otro periódico con graves responsabilidades es el Corriere della Sera. Tradicionalmente órgano de la burguesía del Norte, hubiera podido alinearse con una burguesía ilustrada y progresista que también existe (el abogado Pisapia, representante de esta mentalidad, ganó recientemente las elecciones municipales en Milán), pero optó por la burguesía más reaccionaria y fascistoide. Cuando el director Ferruccio De Bortoli decidió publicar por entregas La rabia y el orgullo, de Orianna Fallaci, uno de los libros más xenófobos y nefastos del periodismo italiano, se cruzó el Rubicón. El libro fue también premiado por el presidente de la República C. A. Ciampi, el mismo que firmó el envío de tropas italiana a Irak bajo el nombre de “misión de paz”. El berlusconismo ha sido una época entera.

Si hay hoy en la prensa italiana un periódico que pueda presumir de haber desarzonado a Berlusconi es Il fatto quotidiano, dirigido por Antonio Padellaro y por el más valeroso periodista italiano, quien prácticamente solo ha hecho frente al aluvión de tanta prensa infecta: Marco Travaglio. En sus libros y sus artículos, Travaglio nunca ha dejado de denunciar las conexiones de Berlusconi con la extrema derecha, las finanzas de negocios más sucios, la mafia, Putin, Gadafi. Lo peor con lo que Berlusconi ha tejido el entramado de su poder.

Por esto será difícil deshacer la tela que se le permitió tejer a Berlusconi en 17 años de poder. No me demoro en las profundas heridas que mediante sus leyes en beneficio propio ha infligido Berlusconi a la Constitución italiana y por lo tanto a las reglas de la Unión Europea. Son muchas, algunas de difícil remedio. Los mercados han provocado su caída, pero la Unión Europea lo ha tolerado hasta hoy. Habrá que esperar acontecimientos.

*Antonio Tabucchi (Vecchiano, 1943) es escritor italiano. Entre sus obras destacan Sostiene Pereira, Nocturno indú o El tiempo envejece deprisa (Anagrama).

Entrevista en Radio Tierra: Reflexionando en voz alta sobre actual momento sociopolítico


En Contrapunto en Radio Tierra, entrevista en que se abordan el movimiento social por la educación, la crisis de representatividad de las democracias liberales a nivel global, las "acampadas" de indignados, el carácter instituyente y desafíos de los movimientos sociales actuales y su relación con los canales más clásicos de participación ciudadana, como los partidos políticos y las instituciones, entre otros temas de actualidad.

11 noviembre 2011

OjO: Circo contemporáeno en Pza Ñuñoa (gratis!)

Se está presentando el espectáculo “Un Horizonte Cuadrado” de la Compañía de Paso en la Plaza Ñuñoa con entrada liberada a todo espectador, en conmemoriación de la Semana Suiza.
HOY 11 NOVIEMBRE A LAS 22:00 HRS.




Llamado de Sebastián Acevedo está vigente: No a la Tortura


Hoy se cumple un nuevo año de aquel 11 de noviembre de 1983, cuando Sebastián Acevedo hiciera un llamado a la policía política de Chile, la Central Nacional de Informaciones, para que le devolviese a sus hijos que habían sido detenidos y estaban siendo torturados. La CNI no atendió este llamado y Sebastián Acevedo, en un acto que aún hoy nos remece, se inmoló en las puertas de la Catedral de Concepción, como gesto de denuncia de la tortura ejercida de manera sistemática en el país y sus propios hijos. Han transcurrido un par de décadas, pero aquello que ocurrió, la tortura y la inmolación de un luchador por los derechos humanos, aún no han terminado de pasar. Y el llamado de Sebastián Acevedo actualiza la pregunta: ¿Cómo es que una parte importante de la sociedad chilena permitió que se practicara la tortura en forma institucionalizada? ¿Hemos finalmente dejado atrás las condiciones de posibilidad que hicieron verosímil la tortura en Chile? Lamentablemente la respuesta es negativa.

Uno de los aspectos más complejos de comprender en el fenómeno de la tortura es el proceso de "subvaloración" y "sobrevalorización" de las víctimas. Se trata de una inversión a partir de la cual el ser humano que se encuentra indefenso, degradado e impotente ante las circunstancias que lo han fijado en calidad de víctima inerme frente al torturador, se convierte, a partir de un fondo ideológico masificado, en "agente de poderosas fuerzas extrañas" o herramienta y parte de "conspiraciones internacionales". Un enemigo interno, una enfermedad, un "cáncer que hay que extirpar de raíz". De este modo, el ser humano objeto de la tortura ha sido, en un mismo movimiento, degradado como inferior al torturador a la vez que se le eleva a una condición de peligro potencial para la sociedad toda que no corresponden con la realidad. Fondos ideológicos, como la Doctrina de Seguridad Nacional, las Guerras Preventivas, o los mensajes actuales de "Seguridad Ciudadana"-, permiten la emergencia de torturadores que al ejercer la violencia sienten que cumplen con un deber cuasi sagrado de luchar contra amenazas de proporciones magníficas.

Esta inversión de roles ubica las acciones de violencia de la tortura en un nivel "defensivo" y no "ofensivo": es el torturador el que se "defiende" torturando, pues defiende a toda la sociedad contra las actuaciones de "fuerzas poderosas" que la ponen en peligro. Así, el torturador actúa por un bien: "defender" a la sociedad. Para que esta inversión de roles sea posible, se hace creer a parte de la población –y aquí la responsabilidad de los medios de comunicación de masas-, que aquél que es castigado con la tortura, es castigado porque "algo habrá hecho" o "algo está por hacer". De este modo, el propio torturado es el responsable de la existencia de la tortura que se le aplica.

La tortura es una demostración de poder que refleja en su dialéctica conflictos sociales. La tortura es el nivel represivo más agudo del enfrentamiento de fuerzas sociales a través de sus representantes. Junto con el castigo y la obtención de información, la finalidad de la tortura es destruir y quebrantar a un sujeto como medio ejemplificador de modo de aterrar a la población y particularmente a quienes se atreven a perderle el miedo a la tortura y se rebelan contra lo que consideran injusto o simplemente se niegan a integrarse a tal orden.

La víctima de la tortura no es un igual, sino el "culpable" de todo lo negativo y adverso, volviéndose la violencia ejercida en servicio social éticamente irreprochable. Por ello no hay conflicto moral en el victimario, pues el Otro no es considerado un semejante, un prójimo, un ser humano: es un "humanoide". El torturador no es, sin embargo, un individuo solitario que da rienda suelta en forma particular a su castigo a los "antisociales". Este recibe órdenes, "la decisión de torturar viene de más arriba". Pero la violencia excede también al que da la orden, no es una cuestión de individuos aislados. Tanto el que manda como el mandado son parte de una organización jerárquicamente estructurada, con pocos arriba y muchos abajo, piramidal. Y en dichos diseños organizacionales, propios de los ejércitos, los valores adoctrinados de lealtad total, respeto absoluto a la autoridad, fidelidad acrítica y disponibilidad absoluta, hacen que el individuo pueda ceder su responsabilidad de decidir. Con este "obedece porque debes", característico de este tipo de organizaciones, se tiene por efecto la cómoda y cínica disolución de la responsabilidad individual. La palabra oficial es ley a obedecer, la que escapa y rehuye toda discusión.

Desde aquí, entonces, la bomba de racimo que implica la sumatoria de grupo, institución e ideología. Se da un juego dialéctico "infernal": sumisión, disponibilidad para la institución, obediencia a la autoridad, lealtad a la jerarquía, hostilidad frente a la diferencia, desaparición de la responsabilidad individual en el obedecer ciego a normas que se consideran de validez universal. Si a esto agregamos el "fondo ideológico" que prepara la victimización del Otro, tenemos un entramado que posibilita que seres humanos normales puedan cometer actos como los de tortura, sin sentirse siquiera responsables de sus acciones.

Estamos en deuda con Sebastián Acevedo y sus hijos, pues nuestro país no ha resuelto lo más importante: ¿Cómo evitar que hechos como la tortura no vuelvan a ocurrir en nuestro país?. Pues si ayer tal práctica se hizo conocida al golpear a quienes representaban la posibilidad de cambiar el orden establecido a favor de intereses populares, ¿podemos asegurar que hoy no se aplica tal violencia a los tildados de "antisociales", jóvenes y niños de origen socioeconómico precario, muchos de los cuales viven en las calles? ¿Qué sucede en las cárceles hacinadas de Chile? ¿La violencia intrafamiliar, el femicidio, el acoso sexual en el trabajo, no son otra forma de experiencia de la tortura? ¿Cómo es estigmatizada desde ciertos medios de comunicación una parte importante de la sociedad chilena y de nuestros hermanos de países vecinos? ¿No allana ello a la emergencia de la práctica de la tortura? ¿Acaso no hay una reemergencia de la práctica institucional de la tortura como componente de la criminalización de la protesta social por parte del Estado chileno? ¿Qué es del fenómeno de la tortura denunciada desde las comunidades mapuche?

Hoy ya no es suficiente con hacer patente la denuncia contra la tortura, pues ella por sí misma no basta para asegurar un "nunca más". Como sociedad debemos ser capaces de avanzar a que se haga justicia y se castigue a los culpables de estos horrores como señal social de que éste tipo de hechos no pueden volver a ocurrir. Al mismo tiempo, debemos hacer un esfuerzo mayor por cambiar las condiciones de posibilidad que volvieron verosímil la práctica institucionalizada de la tortura, para que más allá de lo que se pueda conseguir en el ámbito de los Tribunales de Justicia, la desalojemos para siempre de nuestro modo de vivir la sociedad.

Sebastián Acevedo, lo que te ocurrió no nos ha dejado de pasar.

Manuel Guerrero Antequera


OJO: Hoy, 11 de Nov., 2011: Frontis de la Universidad de Chile, 18:30 horas.
Marcha hasta Londres 38, denunciando los casos de violación de DD.HH. HOY
Movimiento Contra la Tortura Sebastián Acevedo

08 noviembre 2011

OJO Hoy en Ñuñoa: Diálogos Educativos, Por la educación que queremos

DIALOGOS EDUCATIVOS
“Por la Educación que queremos”
Martes 8 Liceo en Toma Lenka Franulic 18:30

Los invitamos mañana a la primera mesa del ciclo “Diálogos Educativos: Por la Educación que queremos” el cual se realizará en el Liceo en Toma Lenka Franulic alas 19 :30 horas. El tema a tratar será el “El rol de los trabajadores de la educación en la escuela movilizada ¿Cómo participamos?”

En esta ocasión se reflexionará sobre rol que juegan los trabajadores de la escuela, en torno a las movilizaciones por la educación. Su relación con el conflicto y con el movimiento por la educación- ¿Cómo nos afectó? ¿Tenemos demandas? ¿Nos permitió organizarnos? ¿Cómo aportamos? Se considera al trabajador de la educación como un ejecutor y también víctima del sistema educativo, del cual también depende el cambio educacional. ¿Se puede volver a nuestras prácticas habituales luego de este proceso?


Marco Cuevas, Profesor de Historia y Psicólogo dirigente Asociación Nacional de Funcionarios del
Ministerio de Educación ANDIME

Fabián Cabalúz, Profesor Liceo Valentín Letelier de Recoleta, miembro colectivo Diatriba

Victoria Watson, Asistente de la educación Liceo Municipal

Modera: Rodrigo Cornejo, académico Universidad de Chile. Programa EPE Universidad de Chile, investigador OPECH y Centro
ALERTA

El liceo queda en la calle Clorinda Wilshow 411, Ñuñoa a 4 cuadras del metro Plaza Egaña (se adjunta mapa)

Ver programa y horarios: www.programaepe.cl o en www.opech.cl
contacto: epe@uchile.cl

Patrocinan: Departamento de Psicología Universidad de Chile / Departamento de Educación Universidad de Chile / Carrera de Psicología Universidad ARCIS /Carrera de Psicología Universidad Católica Silva Henríquez /Observatorio Chileno de Políticas Educativas (OPECH)