09 enero 2012

La reforma universitaria de 1962 en Cuba, a la base de los resultados de excelencia a nivel internacional

La educación cubana es reconocida internacionalmente por sus resultados de excelencia en todos los niveles del sistema, escolar, secundario y superior. Aquí algunos de los hitos que están a la base de ese proceso y del cual toda América Latina podemos aprender e inspirarnos para los cambios necesarios de introducir en nuestros particulares contextos sociopolíticos y culturales. Slds, MG.
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La Reforma de la Enseñanza Superior de 1962 trazó el rumbo de los cambios sucesivos que ha experimentado de la educación universitaria cubana.

En enero de 1959, al terminar con la completa derrota de la tiranía, siete años de opresión y heroísmo compartidos con los demás sectores del pueblo cubano por estudiantes y profesores de las Universidades de la Habana, Las Villas y Oriente, era evidente, por innumerables aspectos y fenómenos, que formando parte de toda la crisis política y social, una honda crisis también afectaba a la docencia superior cubana, ya que además de las universidades mencionadas, algunas otras universidades o centros universitarios privadas surgidos en ese período, sin respaldo académico apropiado, pretendían ser fuentes de beneficio material, con una formación instructiva y educativa lastrada por el elitismo, el dogmatismo y el retraso político e ideológico, lo cual convenía a la clase adinerada y retardataria de la sociedad. Por otra parte, el estudiantado universitario reclamaba una renovación en la estructura universitaria y librarla de la parte del profesorado caracterizada por la corruptela y complicidad con la dictadura defenestrada.

La Reforma de la Enseñanza Superior en Cuba entró en vigor el día 10 de enero de 1962, y sus bases fundamentales han constituido la guía que ha presidido la enseñanza universitaria desde entonces, aunque renovada y enriquecida en este periodo de 50 años. Esa fecha fue escogida por el Consejo Superior de Universidades, cuyo Comité Ejecutivo presidía Armando Hart Dávalos, Ministro de Educación en la época, en homenaje a la memoria de Julio Antonio Mella, pionero de la Reforma Universitaria en Cuba y símbolo del gran ideal de vincular la Universidad a los trabajadores y al pueblo, por conmemorarse dicho día el trigésimo tercer aniversario de su asesinato, en la capital de México, por mandato del dictador Gerardo Machado.

La ley de la Reforma Universitaria había sido precedida de otros acontecimientos en el campo educacional.

He aquí los hitos fundamentales y los resultados de una batalla y una obra colosal en el campo educativo, que tuvo como protagonista principal al pueblo en su doble condición de hacedor y beneficiario de la nueva realidad, bajo la guía esclarecida de Fidel:

‑ En un solo día, en diciembre de 1959, se abrieron más de 10 000 aulas, con lo cual se dio trabajo a un número similar de maestros sin empleo, y la escolarización se elevó ese año a casi al 90 por ciento en las edades de 6 a 12 años.

‑ Se realizó la conversión de 69 cuarteles ‑ incluyendo grandes fortalezas ‑ de la tiranía en escuelas, con una capacidad total de 40 000 alumnos.

- La ley de la Reforma Integral de la Enseñanza promulgada en diciembre de 1959, significó el primer instrumento jurídico para el paso de la educación por nuevos caminos a fin de garantizar el pleno desarrollo del ser humano.

‑ En 1960 se constituyó el Contingente de Maestros Voluntarios, con lo cual 3 000 jóvenes marcharon a los puntos más intrincados del país a llevar el pan de la enseñanza. Con posterioridad se constituyó la Brigada de Maestros de Vanguardia "Frank País", para desarrollar su labor en las montañas de algunas provincias del país.

‑A principios de 1961, 150 mil muchachas campesinas iniciaron en la ciudad de la Habana el gigantesco Plan de Educación para Campesinas "Ana Betancourt", destinado a prepararlas culturalmente y en corte y costura, así como capacitarlas para actuar como agentes impulsores de los cambios sociales en sus comunidades. Regresaban a sus lugares de origen capacitadas y con una máquina de coser para enseñar a más mujeres campesinas.

‑ En 1961, "Año de la Educación", se desarrolló la Campaña Nacional de Alfabetización, proeza del pueblo cubano por la brillantez de su estrategia, la corta duración de su ejecución (un año) y las condiciones internas y externas presentes durante su realización, el gigantesco movimiento de participantes de la población, voluntarios de todas las edades y sectores, los extraordinarios resultados alcanzados en la alfabetización y en la integración políticosocial urbana y rural.

- En enero de 1960, el gobierno revolucionario dictó la Ley del Servicio Médico Social Rural, que contó con el rechazo de una mayoría reaccionaria de graduados y el apoyo de los nuevos médicos con un pensamiento progresista y revolucionario.

- El 31 de diciembre de 1960 se dictó la ley No. 916, por la cual se instituyó el Consejo Superior de Universidades, el cual, a tenor de los deberes y atribuciones conferidos, laboró intensamente en la formulación de los cánones básicos para la estructura organizativa, el funcionamiento, los métodos, las relaciones externas, el espíritu y los fines de las Universidades nacionales, que quedaron plasmadas en la ley de Reforma.

Por lo tanto, la Reforma Universitaria era la continuación natural de un proceso dirigido a profundizar la obra transformadora de la educación en la sociedad nueva que la Revolución se proponía construir. Y la Reforma estaba destinada a acabar con "un sistema de educación superior desvertebrado, tocado por la corrupción y, sobre todo, inservible a los altos fines de la renovación y el desarrollo económico, político y moral de nuestra patria (…) que se había mantenido al margen y de espaldas a las necesidades más profundas de la nación.”

La ley de Reforma abordó integralmente problemas y soluciones sobre las carreras universitarias y las Universidades en su conjunto, pero en este trabajo sólo enfatizaré su carácter fundador en el campo de la salud y de las ciencias médicas.

La ley refería, por ejemplo que "La salud es uno de los aspectos más importantes del bienestar material del hombre. La sociedad necesita médicos y enfermeras, necesita clínicas y hospitales, en los que la ciencia más avanzada esté al servicio de todo el pueblo. Esto representa para la Universidad un mayor esfuerzo en términos cuantitativos y una orientación completamente distinta desde el punto de vista cualitativo de lo que fue hasta hoy la enseñanza y la práctica de la Medicina, pero también en este caso la determinación de los recursos materiales y la orientación de los planes de estudio de la Facultad de Ciencias Médicas tienen que basarse en una evaluación de las necesidades de la sociedad cubana y del plazo en que estas necesidades pueden ser satisfechas. En 1953 existían en Cuba 6 201 médicos y 1 934 dentistas; en cambio sólo había 1 763 enfermeras profesionales. Sin ir más lejos, aquí está un caso típico de desproporción entre dos actividades relacionadas entre sí, resultado de la anarquía y de la falta de planificación y de orientación social en el cuadro de la salud. Para atender adecuadamente a las necesidades de salud del pueblo de Cuba en 1970, será necesario tener de 10 000 a 12 000 médicos.”

A tono con esta realidad y perspectivas, la Reforma señalaba que la Facultad de Ciencias Médicas comprendía dos escuelas, la de Medicina y la de Estomatología, así que era obvio explicar las razones científicas y administrativas que recomendaban la unión de ambas Escuelas en una misma Facultad. Se estaba seguro de que la estrecha colaboración entre ambas instituciones, con objetivos afines, habría de producir resultados de gran importancia para la comunidad.

El Consejo de Universidades, según señala la ley, "considerando las necesidades del País, el desarrollo y crecimiento que está experimentando la provincia de Oriente con los planes de industrialización del Gobierno Revolucionario, la necesidad de disminuir el número de alumnos de la Facultad de Medicina de la Universidad de la Habana y la conveniencia de elevar el nivel científico de todos los hospitales de la Nación, recomienda que se cree, a la brevedad posible, la Escuela de Medicina de la Universidad de Oriente.

El Consejo considera conveniente que se creen las facilidades hospitalarias en Santa Clara y se prepare el profesorado necesario para que se pueda crear la Escuela de Medicina de la Universidad de Las Villas.

En cuanto a Estomatología, se recomienda la creación de Escuelas para cursar sus estudios en las Universidades de Oriente y de Las Villas, tan pronto como se encuentren funcionando allí las respectivas escuelas de Medicina.

De este modo tendremos tres Escuelas de Medicina y de Estomatología y tres Facultades de Ciencias Médicas, convenientemente situadas en los extremos y centro de la Isla, con los consiguientes beneficios para la enseñanza y la cultura.”

Con respecto al plan de formación en Medicina, se planteaba que antes de elaborar el plan de estudio la Escuela de Medicina se preocupó de determinar el tipo de médico que debía preparar y graduar de acuerdo con las necesidades del País. La Revolución, al llevar la Salud y la Medicina hasta los más apartados rincones de la Nación, demandó un médico muy distinto al que formaba, hasta entonces, la Universidad de la Habana. Este médico sería capaz de resolver los problemas que planteaba una medicina preventivo-curativa integral, conocedor de la relación directa que existe entre la salud y el subdesarrollo económico y consciente de su papel en una sociedad socialista, tiene que ser un médico clínico básico con adecuada preparación en las ciencias fundamentales de la carrera y con un alto nivel en Medicina, Pediatría, Obstetricia y Ginecología, Cirugía Menor, Ortopedia y Traumatología e Higiene. El médico así formado responde a la necesidad de la salud del pueblo y debe conducir al alumno, desde su primer semestre de estudios, mediante una enseñanza activa y coordinada, hacia las metas propuestas.

El plan de estudio se diseñó con una duración de seis años, de los cuales los tres primeros comprendían las ciencias básicas y preclínicas, y los tres últimos las clínicas, con énfasis en la enseñanza práctica y en contacto directo con los pacientes. En el sexto año se estableció el internado, uno de tipo rotatorio y otro especializado o vertical. Como componente de la formación de la conciencia social y un instrumento para aplicar sus conocimientos médicos del modo más conveniente para el pueblo, y que contribuyera a la formación humanista, el plan incluía nuevas materias como Economía Política, Materialismo Dialéctico e Histórico, Historia de la Medicina, y Organización de la Salud Pública..

Con respecto a la formación en Estomatología, se planteaba que los estudios se han organizado basándose fundamentalmente en la experiencia de los últimos años, a la luz de los avances científicos en este campo. Las materias, en su mayor parte, tienen un carácter teórico-práctico a fin de lograr profesionales más capacitados, con la necesaria experiencia funcional para el inmediato ejercicio de la profesión. Se señalaba que si bien en esos momentos los estudios sólo se impartían en la Habana, era aspiración del Consejo que tan pronto sea posible se organicen también en las Universidades de Oriente y Las Villas. El plan se diseñó con una duración de cinco años, dos de ciencias básicas y preclínicas y tres de clínicas. Al igual que en el plan de Medicina se incluían asignaturas como Economía Política, Materialismo Dialéctico e Histórico, Higiene y Organización de la Salud Pública, que contribuían a la formación humanista y social.

Además, se estableció que la Escuela contara con un Centro de Capacitación para Mecánico Dentales, que finalmente se convirtió en un centro formador de todos los tipos de técnicos auxiliares, a fin de darles una adecuada preparación científica.

El cambio de nombre de la antigua carrera de Odontología o Cirugía Dental por el nuevo de Estomatología, constituyó un cambio conceptual importante, que ampliaba el campo de competencia profesional y acentuaba la formación médica general como base de la especialización en su campo de acción.

De acuerdo con los establecido por la Reforma Universitaria, el 10 de febrero de 1962 se fundó la Escuela de Medicina de la Universidad de Oriente, y el 18 de agosto de 1963 se fundó la de Estomatología, que contaron respectivamente con una primera matrícula de 52 y 32 estudiantes, y surgiendo así la Facultad de Ciencias Médicas de dicha universidad, que egresó a sus primeros graduados, 32 médicos y 19 estomatólogos, en septiembre de 1967.

El 21 de noviembre de 1966 se inició la formación de médicos en la Universidad de Las Villas, con 86 estudiantes que ya habían cursado las ciencias básicas en el Instituto de Ciencias básicas "Victoria de Girón".

La Reforma de la Enseñanza Superior estableció la gratuidad de las matrículas, los libros de textos y los materiales para la práctica docente. Abrió las posibilidades de estudios para estudiantes de todas las clases sociales, y a través del sistema de becas hizo posible el acceso de alumnos procedentes de todas partes del país.

Como conclusión se puede afirmar que si bien a lo largo de estos cincuenta años se han producido cambios en la enseñanza superior cubana que nunca se habían soñado en la época en que se proclamó la Reforma, como lo es el hecho de que hoy todo el país está convertido en una Universidad inmensa, pues el país cuenta con con 4 Universidades de Ciencias Médicas, 23 Facultades de Ciencias Médicas con filiales en los municipios, 4 Facultades de Estomatología, el Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas de Girón, la Escuela Nacional de Salud Pública de posgrado y la Escuela Latinoamericana de Medicina.

Lo cierto es que la Reforma Universitaria de 1962 sentó las bases del desarrollo acelerado en las distintas ramas médicas y de la formación de profesionales con un compromiso social, más capacitados y con una formación humanista y cultural superior. Y muchos de los principios contenidos en sus bases son paradigmáticos y mantienen su vigencia. Producto de la estrategia trazada, y a pesar de la salida del país de aproximadamente 3 000 médicos en aquellos primeros años, Cuba ya contaba, en 1975, con 9 328 médicos, para una proporción de 996 habitantes por médico, y con 2 319 estomatólogos, para una relación de 4 007 habitantes por estomatólogo. La situación actual, según los datos del 2010, es completamente distinta y el país cuenta con 76 506 médicos (147 habitantes/médico) y 12 144 estomatólogos (925 habitantes /estomatólogo).

Consideramos que la Reforma de la Enseñanza Superior de 1962 trazó el rumbo de los cambios sucesivos que ha experimentado de la educación universitaria cubana durante estos cincuenta años de creación de ciencia y conciencia en más de medio millón de graduados universitarios en todas las ramas.

*Wilkie Delgado Correa, Doctor em Ciencias Médicas. Profesor de Mérito
Vía Adital

08 enero 2012

La izquierda mundial después de 2011

por Immanuel Wallerstein
Bajo cualquier parámetro con que se mida, 2011 fue un buen año para la izquierda en el mundo –no importa lo amplio o estricto que se defina la izquierda mundial. La razón básica fueron las condiciones económicas negativas que sufrió casi todo el mundo. El desempleo era alto y creció aún más. Casi todos los gobiernos tuvieron que enfrentarse a elevados niveles de deuda con ingresos reducidos. Su respuesta fue tratar de imponer medidas de austeridad a sus poblaciones mientras que intentaban proteger a sus bancos al mismo tiempo.

El resultado fue un revuelta por todo el mundo que los movimientos que conformaron Ocupa Wall Street (OWS) llamaron el 99 por ciento. La revuelta ocurrió en contra de la excesiva polarización de la riqueza, contra los gobiernos corruptos, y contra la naturaleza esencialmente antidemocrática de estos gobiernos –sea que contaran o no con un sistema multipartidista.

No es que los OWS, la Primavera Árabe o los indignados consiguieran todo lo que esperaban. El hecho es que lograron cambiar el discurso mundial, y lo alejaron de los mantras ideológicos del neoliberalismo acercándolo a temas como la inequidad, la injusticia y la descolonización. Por primera vez en un largo tiempo, la gente común discutía la naturaleza misma del sistema en que vivían; ya no se les podía dar por hecho.

Para la izquierda mundial la cuestión ahora es si puede avanzar y traducir este éxito discursivo inicial en una transformación política. El problema puede plantearse de un modo muy simple. Aun si en términos económicos existe una brecha clara y creciente entre un muy pequeño grupo (uno por ciento) y un grupo muy grande (99 por ciento), esto no significa que así ocurra la división política. A escala mundial, las fuerzas de centroderecha siguen representando a algo así como la mitad de las poblaciones del mundo, o por lo menos a aquéllos que son activos en lo político de alguna manera.

Por lo tanto, para transformar el mundo, la izquierda mundial necesitará un grado de unidad política que todavía no tiene. De hecho, existen profundos desacuerdos en torno a los objetivos de largo plazo y las tácticas de corto plazo. No es que estos puntos no se debatan, por el contrario, están en debate candente, y hay pocos progresos en cuanto a remontar las divisiones.

Estas divisiones no son nuevas. Eso no las hace más fáciles de resolver. Hay dos que son importantes. La primera tiene que ver con las elecciones. No hay dos, sino tres posiciones con respecto a las elecciones. Hay un grupo que sospecha profundamente de las elecciones, y argumenta que participar en ellas no es sólo ineficaz en lo político sino que refuerza la legitimidad del sistema-mundo existente.

Los otros piensan que es crucial tomar parte en el proceso electoral. Pero este grupo se divide en dos. Por un lado, quienes argumentan que son pragmáticos. Quieren trabajar desde dentro –desde el partido principal de centroizquierda cuando funcione un sistema multipartidista, o dentro del partido único de facto, cuando la alternancia parlamentaria no esté permitida.

Y por supuesto hay quienes denuncian esta política de escoger el mal menor. Insisten que no hay una diferencia significativa entre los principales partidos alternativos y respaldan la idea de algún partido que genuinamente sea de izquierda.

Todos estamos familiarizados con este debate y hemos escuchado los argumentos una y otra vez. Sin embargo, es claro, por lo menos para mí, que si no hay cierto acercamiento entre los tres grupos en lo que respecta a las tácticas electorales, la izquierda mundial no tiene mucha oportunidad de prevalecer ni en el corto ni en el largo plazo.

Creo que hay un modo de reconciliación. Implica distinguir entre las tácticas de corto plazo y la estrategia de más largo plazo. Concuerdo mucho con quienes argumentan que obtener el poder del Estado es irrelevante para (y posiblemente hace peligrar la posibilidad de) una transformación de más largo plazo del sistema-mundo. Como estrategia de transformación, se ha probado muchas veces y ha fallado.

Esto no significa que esa participación electoral en el corto plazo sea una pérdida de tiempo. El hecho es que una gran parte del 99 por ciento está sufriendo agudamente en el corto plazo. Y es este sufrimiento de corto plazo su principal preocupación. Están intentando sobrevivir, y ayudar a sus familias y amigos a sobrevivir. Si pensamos en los gobiernos no como agentes potenciales de transformación social sino como estructuras que pueden afectar el sufrimiento de corto plazo mediante sus decisiones en torno a políticas públicas, entonces la izquierda mundial está obligada a hacer lo posible por conseguir decisiones de los gobiernos que minimicen las penurias.

Trabajar por minimizar las penurias requiere de la participación electoral. ¿Y qué pasa con el debate entre quienes proponen el mal menor y quienes proponen respaldar a genuinos partidos de izquierda? Ésta se vuelve una decisión de táctica local, que varía enormemente de acuerdo a varios factores: el tamaño del país, la estructura política formal, la demografía, la localización geopolítica, la historia política. No hay una respuesta estándar, ni pueda haberla. Ni tampoco la respuesta de 2012 va a ser válida para 2014 o 2016.

Para mí, por lo menos, no es un debate de principios sino una situación táctica que evoluciona en cada país.
El segundo debate básico que consume a la izquierda mundial es la que existe entre lo que yo le llamo desarrollismo y lo que podría llamarse la prioridad de un cambio civilizatorio. Podemos observar este debate en muchas partes del mundo. Uno lo ve en América Latina en los debates en curso, impulsados con bastante enojo entre los gobiernos de izquierda y los movimientos de pueblos indígenas –por ejemplo en Bolivia, Ecuador o Venezuela. Uno lo ve en América del Norte y en Europa en los debates entre los ambientalistas/verdes y los sindicatos que le dan prioridad a retener y expandir el empleo disponible.

Por un lado, la opción desarrollista, sea que la pongan en marcha los gobiernos de izquierda o los sindicatos, es aquélla de que sin crecimiento económico no hay modo de rectificar los desequilibrios económicos del mundo actual, sea que hablemos de la polarización al interior de los países o de la polarización entre naciones. Este grupo acusa a sus oponentes de respaldar, al menos objetiva y posiblemente subjetivamente, los intereses de las fuerzas del ala derecha.

Los proponentes de la opción antidesarrollista dicen que concentrarnos en la prioridad del crecimiento económico está mal por dos razones. Es una política que simplemente continúa los peores rasgos del sistema capitalista. Y es una política que ocasiona un daño irreparable –ecológico y social.

Esta división es todavía más apasionada, si eso es posible, que la participación electoral. La única manera de resolverla es proponiendo arreglos, sobre la base de caso por caso. Para hacer esto posible, ambos grupos deben aceptar de buena fe las credenciales de izquierda del otro. Y no será fácil.

¿Pueden remontarse estas divisiones de la izquierda en los próximos cinco a 10 años? No estoy seguro. Pero si no se remontan, no creo que la izquierda mundial pueda ganar la batalla en los próximos 20 a 40 años en torno a qué clase de sistema sucesor tendremos conforme el sistema capitalista se colapsa definitivamente.

Vía La Jornada